lunes, 31 de octubre de 2011

El yoga, la plenitud esperada

Antes de describir cómo el yoga u otras terapias alternativas ayudan a recuperar y mantenerse en equilibrio, es preciso anotar que entre el cuerpo y el movimiento existe una relación de bienestar y armonía, la cual va más allá del acto de caminar.

Es así como nos movemos con habilidad en la superficie, pero vivimos en un mundo bullicioso y frenético donde cada vez tenemos menos tiempo para la quietud y mucho menos para la actividad física consciente.

A través de disciplinas como el yoga se aprende a adquirir una atención y conciencia natural del movimiento corporal, mediante posturas suaves y precisas que recuperan la posición del cuerpo, su belleza, vitalidad, flexibilidad, salud, notándose fluidez y una manifestación natural de las tan anheladas feromonas; ausentes en estos tiempos modernos, entre otros factores, por el estrés y el consumo de alimentos artificiales.

Si usted experimenta con frecuencia los siguientes estados, esté atento porque son causas habituales de estrés: relaciones entre padres e hijos, relaciones de pareja, excesiva carga laboral, humedades o plagas en el hogar, desempleo, enfermedades o miedo a la enfermedad misma, timidez, inseguridad, incapacidad física, lesiones, miedo al futuro, muerte de un ser querido o cercano, factores ambientales como la contaminación, el ruido, entre otros.

Lo anterior se manifiesta en las siguientes reacciones: sudoración, incremento de la frecuencia cardiaca, comer uñas, morderse los labios, mover los dedos o las piernas involuntariamente, temblores musculares, crisis de pánico, jaqueca, mareos, migraña, dolor de espalda, bruxismo o apretar y rechinar los dientes, fatiga, insomnio, caída del cabello, alteraciones en la piel, trastornos menstruales, eyaculación precoz, indigestión, impaciencia, mareo, entre otros.